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Enemigos de la Familia Cristiana



Los Enemigos de la Familia Cristiana

(www.conviccionradio.cl, 27 de Marzo de 2008, Padre Mario Trejo)

“Algún enemigo ha hecho esto”.
Mateo XIII, 28

Una triste escena, hoy muchas veces repetida: "Mamá, estoy embarazada... mañana me voy a vivir a la casa de Antonio..." Silencio mortal, angustiante, desesperante. La madre tiene un nudo en la garganta, apenas puede tragar saliva. ¡Quién no lloraría en tal situación! Quiere hablar pero no puede. ¡Su hija, su única hija! Aquella por la que en las noches vigiló, por la que durante el día trabajó, por la que su corazón suspiró... Apenas 18 años; no sabe lo que es la vida. Y cuando había pensado para ella lo mejor: un título, un trabajo, un matrimonio formal, ¡y no precipitado!, delante de Dios, una boda esplendorosa... Lo único que le salió del corazón fue: "Hija, ¡¿por qué me has hecho esto?! ¿Es lo que te hemos enseñado tu padre y yo?..."

¿Quién te ha enseñado esto?, son las palabras que retumban en el corazón desengañado y dolorido de muchos de nosotros, educadores, formadores, padres de familia. ¿Cómo puede ser que cosechemos frutos amargos cuando hemos sembrado la buena semilla?

Tratemos aquí, querido lector, de las "interferencias" en la educación, lo que llamaremos los enemigos de una buena formación.

Sí, hay interferencias en la educación
La gente llama interferencia a lo que se mete en una comunicación entorpeciéndola. Es algo que pasa hoy por hoy en la educación. Los papas se esmeran por transmitir ciertos valores a sus hijos pero el resultado es, ¡ay!, muchas veces negativo. Algo ha interferido entre los ideales que quisieron transmitir y lo que el hijo recibió de ellos. Pongamos algunos ejemplos:

-El papá, un buen profesional, a los 25 años ya tenía título universitario conquistado por años de estudio concienzudo. El hijo tiene 30 años y todavía sigue estudiando, sin ningún interés en terminar su carrera.

El papá, a los 25 años, ya estaba casado y con dos hijos, por su familia se esforzaba en mantener el trabajo. El hijo a sus 30 años es un irresponsable, que sólo piensa en gastar su dinero (o el de sus padres) en las salidas nocturnas, con la décimo quinta novia conocida (es decir, oficial, de las que sus papas conocen), y ni piensa en casarse y, menos, en tener hijos.

El papá, a los 20 años, era un joven aguerrido, encendido de ideales por la patria y por la Iglesia, era un activo participante de la Acción Católica y de la ACJM (Asociación Católica de la Juventud Mexicana), "Yo, a tu edad, salía con el Gordo López y el pelón Rodríguez a poner carteles, a distribuir volantes contra las leyes de aborto, ¡qué épocas aquellas!... Y tú, ¿qué haces?..." "Papá -interrumpe el hijo - es la enésima vez que me cuentas lo mismo. Ya te dije; allá vos si fuiste feliz haciendo eso, yo estoy feliz así, ¿me entiendes? " Es la consabida respuesta del hijo indiferente, ¡qué pedante apatía!

Otros ejemplos de valores que se van perdiendo en la formación: el respeto por los mayores, la buena educación en los modales (el saber decir gracias o por favor), la manera de vestir, la piedad sobrenatural y el apego a nuestra santa Religión; y podríamos continuar un buen rato enumerando las diferentes áreas del acontecer humano donde nos vamos empobreciendo de generación en generación. Los papas siembran trigo en las almas de sus hijos, pero sólo cosechan espinas...

¿Cómo puede ser, entonces, que de papas más o menos
 buenos, salgan hijos malos?, ¿dónde están esas
obstrucciones en la transmisión de los valores de vida?

El enemigo del hombre ha hecho esto

"Otra parábola les propuso, diciendo: El Reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró grano bueno en su campo. Pero, mientras la gente dormía, vino su enemigo, sobresembró cizaña entre el trigo, y se fue." Es la respuesta de Jesús a nuestra pregunta, en el evangelio según san Mateo (capítulo XIII, versículos 24 a 30).

¿Quién ha sembrado esto?, ¿cómo ha crecido lo malo donde el padre había sembrado buen ejemplo? El enemigo lo ha hecho, el enemigo del buen Sembrador.

¿Cuándo?, ¿en qué momento el enemigo sembró la cizaña? Cuando los hombres dormían... cuando los responsables del campo sembrado bajaron la guardia, cuando pensaron que todo estaba bien, que no había que temer, ¡cuando se fueron a dormir!

Continúa Nuestro Señor: "Cuando brotó la hierba y dio grano, apareció también la cizaña. Y fueron los siervos al dueño de casa y le dijeron: Señor, ¿no sembraste grano bueno en tu campo? ¿Cómo, entonces, tiene cizaña? Les respondió: Algún enemigo ha hecho esto. Le preguntaron: ¿Quieres que vayamos a recogerla?"

¡Aaahhh, ahora sí los responsables del campo se preocupan!, ¡claro!, ahora ven los frutos de las malas semillas que fueron sembradas mientras ellos dormían... Ahora lloran, ahora se afligen, ahora quieren solucionar el problema. ¡Ya está!, no les queda más que esperar a que crezcan juntos el trigo y la cizaña para que en el tiempo de la siega se les separe, éste para el granero (Cielo), aquélla para quemarla(Infierno).

El Hombre, un Ser Libre

El hombre es un ser libre. En nuestras manos está nuestro destino. De nuestras elecciones depende nuestra vida. Dios nos ha creado con un libre albedrío, que será gloria y mérito para los que bien lo usen; que será condenación y culpa para los que mal lo ejerzan. Esa es la naturaleza del hombre.

De ahí que no hay que sorprenderse si en la educación no se obtienen los frutos esperados. Muchas veces no correspondemos a las cosas buenas que nos enseñaron nuestros padres. Los niños, cuando crezcan, podrán o no hacer crecer el trigo sembrado en sus almas.

Este es uno de los problemas en la falla en los resultados de la educación: la libertad humana. ¡A no desanimarse, queridos papas que tanto esfuerzo hacen por sus hijos! Hasta el mismo Dios los deja en su libertad. Recemos por ellos, para que se conviertan.

El Hombre, un Ser Social

El otro problema, que son verdaderas interferencias en la educación, es la influencia nociva que hace el medio social donde el niño se mueve. El hombre es un ser esencialmente sociable, nos enseña el sabio griego Aristóteles y la Iglesia lo repite constantemente. Estamos altamente condicionados por el medio que nos rodea.

En primer lugar mencionemos a la familia: los papas, los hermanos, la parentela (tíos, primos, etc.). No es lo mismo un niño con sus padres viviendo juntos que un niño con papas separados (y si ellos han formado una "nueva pareja", las heridas en la psiquis del hijo serán mayores: la cizaña será más dañina...). Tampoco es lo mismo ser hijo único y consentido, que ser uno de varios hermanos "rigoreados" o sea, tratados con rigor, con firmeza. Son semillas de diferente calidad.

Otro condicionamiento importante es la escuela. Allí se siembran en el niño una cantidad innumerable de semillas. ¿Son siempre buenas?... Uhm, me temo que no. Lo que el niño allí recibe no son sólo conocimientos científicos, ¡oh, no, al contrario! Nuestras escuelas están diseñadas para hacer hombres que piensen según el modelo social del momento. Las materias como historia, civismo, ética y hasta biología tienen una carga fuertemente ideológica. Sus hijos pasan muchas horas por día y durante largos años recibiendo esta mala información, con la misma avidez con la que la esponja seca absorbe el agua. También en la escuela, la influencia de los compañeros deja impresiones grandísimas en sus hijos, ¡cuántas veces allí aprenden cosas que sus papas se pondrían colorados de sólo mencionarlas! Ano sorprenderse, entonces, cuando en sus hijos descubran cizaña. La responsabilidad de darles conocimientos a sus hijos no se acaba con pagar la colegiatura.

¿Quién ha sembrado esto?, cuando tú dormías...

¿Y la televisión?, ¿y las películas o el internet y el "chateo"?
 Horas y horas que nuestros niños están siendo
bombardeados de malas semillas, mientras nosotros
dormimos...

Para terminar esta breve y no exhaustiva enumeración de los que siembran cizaña en el alma de sus hijos, hablemos de los amiguitos, de las amiguitas y de los novios de los hijos. ¿Qué influencia tienen? Uf... ¿Es necesario decírselo a los papas que en la edad de la adolescencia sienten que a sus hijos les importa más estar con sus amigos o con su novio antes que tener una buena relación con ellos? ¿Vamos a llorar después, cuando surjan los problemas grandes (drogadicción, unión libre, robos, homosexualidad), si no nos hemos preocupado al comienzo de las amistades y diversiones de nuestros hijos?... No es justo, no es razonable. Asumamos nuestras responsabilidades respecto a esas malas semillas sembradas mientras nosotros dormíamos, y que Dios tenga misericordia de nosotros.

El Sistema Inmunológico


Este título suena raro en un artículo de formación. Más bien parece un tema de biología. En efecto, se llama así al sistema de los seres vivos que los protege de toda agresión del medio externo (contra las infecciones o tóxicos) es decir, contra las bacterias, virus y demás microorganismos o substancias tóxicas externas que les puedan causar daño; contra las enfermedades, en pocas palabras). El organismo se protege del exterior impidiendo que entren en él elementos corrosivos y extraños, crea anticuerpos, establece todo un aparato de información, control y reacción ante ellos. Todo ser vivo busca instintivamente conservarse íntegro y sin mezcla de elementos extraños.

Esta reacción natural de defensa ante el enemigo externo también lo tienen los organismos sociales como las naciones y la Iglesia. El Estado tiene su policía y su ejército. La Iglesia señala el error y condena la herejía; hostiga al vicio que daña su santidad.

Un ser que ama a Dios, defiende la vida de la gracia en su alma impidiendo que cosas malas entren a su corazón. Se cuida del mundo mundano...

¡El que quiera sobrevivir, que se cuide del mundo que lo rodea!

Padres, ¡defiendan sus familias!

Así, querido lector, tienes tú también que crear un sistema de defensa y de reacción ante los enemigos de tu familia. Si no lo haces, pronto sucumbirás y dirás como los siervos de la parábola, ¿cómo es que hay cizaña?

No duermas. No creas que todo está bien, date cuenta que estás rodeado de enemigos que quieren matar la buena semilla que has sembrado. Fortifica las murallas de tu casa poniendo el cemento del amor en Dios entre sus miembros. Si descansas, hazlo con el fusil en la mano, presto a espantar al que trae cizaña para que no termines llorando una situación muy triste. Y toma en cuenta, también, que el enemigo puede estar en ti mismo. Puede estar dentro de ti. Apártate del liberalismo, la flojera, la impureza, el gusto por el mundo.

¿Qué hacemos, la arrancamos? No, no sea que también desarraiguen el trigo

Termina la parábola: "Le preguntaron entonces los siervos: ¿Quieres que vayamos a quitar la cizaña? Mas él respondió: No, no sea que al recoger la cizaña, desarraiguen también el trigo. Déjenlos crecer juntamente hasta la siega. Y al momento de la siega, diré a los segadores: Recojan primero la cizaña y atenla en gavillas para quemarla, y la trigo júntelo en mi granero".
Él podría eliminar la cizaña, pero no lo hace. Él sabe que el bueno, que el justo, se ejercita en medio de la tribulación y la tentación. Él sabe que su Gracia, trigo divino, es más potente que la maldad. Confiemos, pues, en Él. Que destruya nuestra cizaña, y lleve nuestro trigo al Granero de Dios, que será el Cielo.