¿DEBEMOS
QUEDARNOS CALLADOS?
El socialista español Rodolfo Llopis
declaró:
“Para mí no hay revolución simplemente porque
se lleve a efecto un cambio de régimen político. Ni siquiera hay revolución
cuando junto al cambio político hay un cambio social. Para mí, el ciclo
revolucionario no termina hasta que la revolución no se haga en las
conciencias. Y ésa es la labor que tiene que hacer la escuela. Porque yo no
concibo un revolucionario que no sea algo educador, y un educador que no sea revolucionario.
(...) Esa revolución ha de ser obra de los educadores, de la escuela (...)
Hay que apoderarse del alma de los niños.”
La homosexualidad es subversiva, porque
contraviene las genéticas sexuales, esto es, la realidad lógica y moral de las
relaciones y comportamientos entre hombres y mujeres.
El ser homosexual, es degeneración,
enfermedad, desviación, mal ejemplo. La ignorancia frente al origen mismo de la
vida y la ceguera social nos hace ser tolerante ante a esta lacra.
La exclusión no es marginación ni
discriminación insana, ni es mal entender los mal utilizados Derechos Humanos,
sino que es simplemente “velar por la sana existencia”, donde las conductas
inmorales no acaben con la privacidad de pareja ni con la constitución
familiar.
LA
PROMISCUIDAD Y LA EDUCACIÓN SEXUAL SIN VALORES.
(“La Revolución Cultural: Un Smog que Envenena
la Familia Chilena”, de Acción Familia)
Las actitudes de estos parlamentarios son
preocupantes pues, a propósito de las alumnas que quedan embarazadas durante
los estudios, varios diputados de la Concertación llegaron a expresar su entera
conformidad con las relaciones sexuales libres. El diputado Ortiz (DC) llegó a
decir que el embarazo escolar es la mera consecuencia“de un acto normal
entre un hombre y una mujer cuando existe amor”. De modo no muy diferente
se pronunció el diputado Juan Pablo Letelier (PS), para quien los colegios no
tienen derecho de tomar medidas en función de simples “ciclos de la
naturaleza, como es estar embarazada y ser madre”.
Así, no causan sorpresa los millares de
embarazos escolares por año: ¡quien siembra vientos cosecha tempestades! Otros
diputados, aunque deseando que se facilite a las alumnas grávidas que sigan sus
estudios –entre otras razones, para que no aborten– expresaron el deseo de que
esas ayudas tengan la forma de subsidios y no de imposiciones a los colegios.
El diputado Bartolucci (UDI) expresó que a
esas alumnas “deben dársele las facilidades académicas del caso”, pero
que no desea “que una ley imponga a los establecimientos educacionales la
obligación de aceptar la matrícula de una alumna embarazada o su permanencia física en el establecimiento”, pues atenta contra la libertad de enseñanza, la cual incluye “el
derecho de los establecimientos a tener un proyecto educativo, un
sentido de la educación y un canon de valores”, en lo cual “el
Estado no tiene derecho a intervenir”.
Pese a esas importantes razones, el Parlamento
aprobó una ley que obliga a los colegios, incluso a los religiosos y
particulares, a matricular a las adolescentes embarazadas que postulen a los
mismos, y a aceptar su asistencia a clases, y rechazaron fórmulas alternativas
para permitirles continuar sus estudios en casa. De este modo, por la
convivencia habitual con alumnas embarazadas, irá disminuyendo la noción de la
maternidad como fruto exclusivo del matrimonio, lo cual incentivará aún más
las relaciones sexuales precoces.
Tal ley entró en vigencia y, en un primer
caso, dos niñas de 14 y 15 años fueron reintegradas rápidamente a su escuela,
debido a la intervención de las diputadas Allende (PS) y Pollarolo (PS),
ocasión que éstas aprovecharon para promover la promiscuidad sexual entre los
jóvenes, en nombre del llamado “sexo seguro”. La diputada Pollarolo sostuvo:
“está pendiente entre nosotros el tema de la educación sexual, de
entregar a nuestros adolescentes los elementos informativos y formativos
que les permitan iniciarse a la vida sexual con madurez, pero también
con seguridad” para concretar lo cual, las diputadas anunciaron que
presentarán otra moción legal para garantizar los “derechos sexuales y
reproductivos”.
Al respecto, María Antonieta Saa (PPD) dijo
que, para que no haya embarazos adolescentes, habría que reforzar las Jocas y “entregar
una educación sexual a nuestros niños y niñas desde el período
preescolar”, con base en una idea de la sexualidad “como una
parte importante de los seres humanos, de su desarrollo personal, y no
como un pecado”. Y presentó como modelo a Suecia, donde “desde la etapa
preescolar los niños se acercan a la sexualidad de una manera natural, ‘no pecaminosa’,
sintiendo que se está acercando a un tema del cual puede hablar de una manera
abierta, libre, clara, humana, madura”.
El diputado Leal (PPD) atacó a “determinados
sectores –aludiendo a los colegios católicos que– tienen un cierto
integrismo medieval desde el punto de vista valórico” y “no
aceptan una educación verdadera respecto del tema sexual”. Reconociendo
que “en la actualidad, hombres y mujeres de la sociedad chilena
tienen relaciones sexuales a los 14 años”, no ve en
esto una crisis moral, sino un fenómeno relacionado con “las
revoluciones comunicacionales”, por lo cual bastaría “garantizar
que haya educación sexual en los colegios y prevención del embarazo”, para
que el problema sea “solucionado”.
Así, los parlamentarios que defienden estos
postulados, pretenden resolver la crisis que produjeron, introduciendo nuevas
medidas licenciosas, de modo comparable a una alguien que propusiese apagar un
incendio con bencina.
Un
ejemplo del tipo de educación sexual
Una muestra de lo que son los programas de
educación sexual está en el manual “Cambio de Piel”, publicado por la
Corporación de Desarrollo de la Mujer ‘La Morada’, con patrocinio del Sernam y de
la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, financiado por el
Instituto de la Mujer de España y por la Unesco, y recomendado por el
Ministerio de Educación como texto guía para los profesores de enseñanza media.
Su chocante procacidad y su absoluta falta de principios morales se vuelve
obvia al considerar las preguntas que siguen, las cualessuscitarán continuos
debates deformantes:
“–
¿Cómo se maneja hoy el concepto de virginidad entre las parejas de jóvenes?”
“– ¿Qué
sientes y piensas en relación a la homosexualidad?
¿Qué se
dice de una ‘loca’?”
– ¿Podrías hacer una pregunta en relación a
cómo tú percibes o entiendes la homosexualidad?
“–
¿Crees que podrías entablar amistad con un/a homosexual?
¿Cuáles
serían las condiciones para que ello ocurriera?”
“– ¿Qué opinión te merece el estereotipo del
homosexual y de la lesbiana que se ha creado en nuestra cultura (personaje de
teleserie, peluqueros famosos, personaje creado en los chistes, personaje de la
‘marimacho’?”)
“– ¿Conoces algún personaje famoso que tú
sepas que es o hasido homosexual? ¿Corresponden al estereotipo creado por el
imaginario cultural?”
“– ¿A
qué factores atribuyes tú que en nuestra cultura la homosexualidad femenina sea
menos tolerable que la homosexualidad masculina?”
“–
¿Cuáles crees tú que son los prejuicios de las mujeres en relación a las
lesbianas?”
“– ¿Te
relacionas tú con tu propio cuerpo para experimentar sensaciones placenteras?”
“–¿La
masturbación es un saber espontáneo o un saber aprendido?”
“– ¿Qué
piensas de la masturbación: se da tanto en hombres y en mujeres?”
“– Se ha afirmado, muchas veces que la
masturbación es dañina.
¿Qué crees tú respecto de esto?”
“– ¿Según la lectura del texto qué aparatos
sociales han generado el tabú y la prohibición de la masturbación?”
“– ¿Piensas tú que la sexualidad de los
animales es más libre que la de los seres humanos?”
Y entre las sugerencias, como parte del
programa de educación sexual, se encuentra ésta, que incita a los jóvenes a
ponerse en contacto con centros de perversión:
“Conéctate con alguna persona homosexual que tú u otra
persona conozcan. Si puedes invítalo a conversar con el curso en el colegio. Existen movimientos que agrupan a los homosexuales en nuestro país, tales
como: MOVILH (Movimiento de
Liberación Homosexual), el PAFALH (Padres, Familiares y Amigos de los Homosexuales) y el Colectivo
Lésbico”.
En coherencia con este tipo de enseñanza, el
Ministerio de Educación concedió patrocinio oficial al Seminario realizado por
el “Movimiento Unificado de Minorías Sexuales”, integrado por homosexuales y
lesbianas, que se desarrolló el 26 y 27 de Noviembre de 2001, en Santiago.